Mi objetivo hoy era conseguir una tarjeta SIM "local" para poder estar comunicado ante cualquier eventualidad (teneis mas informacion sobre las particularidades del roaming en los Balcanes en esta otra entrada del blog: https://alejandrorodriguez.es/.../sim-y-roaming-en-los...).
Ayer al ser Domingo no pude encontrar ninguna tienda abierta en Mostar, así que hoy lo intentaré en el mismo pueblo de Foca, cerca de donde he pasado la noche. Para que os hagais una idea, dejar mi SIM española "activada" durante el tiempo que estuve en Bosnia (400 Kb, aproximadamente lo que ocupa una foto enviada por Whatsapp), me ha costado 5'56€, así que no está la cosa como para seguir usandola sin control.
Encuentro en Foca una tienda de móviles y consigo comunicarme con la dependienta (que no habla inglés), que me manda al cajero de enfrente a sacar dinero porque tampoco aceptan tarjetas. Por 5€ consigo una SIM con número Bosnio (sin preguntas ni identificación) con roaming para el resto de los Balcanes e inmediatamente despues me dirijo a la frontera con Montenegro. Al tratarse de un paso de montaña la "frontera" (por llamarla de alguna forma) está bastante descuidada.
A pesar de ello hay bastantes coches, pero afortunadamente me permiten saltarme la mayor parte de la cola con la moto.
Es ahora cuando de verdad empiezo a disfrutar del viaje y de la carretera cruzando el Parque Nacional de Durmitor con una temperatura ideal, muy poco tráfico y unas vistas espectaculares de las montañas (incluso con caballos salvajes cruzando la carretera).
Luego me dirijo al Cañon del río Tara, una de las atracciones turísticas mas famosas de Montenegro. Está lleno de empresas de rafting y campings. Lamentablemente a mitad de cañon la carretera se encuentra cortada por obras (algo típico en estas fechas en todos los paises, principalmente por labores de asfaltado) y Google Maps me sugiere un camino alternativo a la carretera principal para ahorrar tiempo. Craso error: el camino se convierte en pista de tierra y empieza a llenarse de piedras y baches cada vez mas grandes hasta que empiezo a ver maquinaria de obra abandonada: se ve que se quedaron sin fondos y dejaron la carretera sin terminar. Continuo hacia delante y la carretera se vuelve muy muy empinada cuesta abajo, muy estrecha, y por alli no pasaba nadie. Al final consigo salvar la situación como puedo (un poco acojonado, no lo voy a negar) y a los pocos kilómetros ya me incorporo a la carretera principal.
Es la hora de comer y paro en el primer pueblo "grande" que me encuentro. Da la casualidad de que está muy bien ubicado y con un monton de servicios disponibles (léase: gasolinera y supermercado), asi que reservo una cabaña por Booking justo en la misma entrada del camping (para evitar sorpresas de última hora) y decido que ya he tenido suficiente aventuras por hoy y me quedo en el campamento disfrutando de las vistas y de la hospitalidad de la familia dueña del camping.