Hoy despues de desmontar la tienda me acerco al "bar" del camping a tomar un café pero está cerrado y no hay nadie en los alrededores. Me paso entonces por la recepción del camping a pagar (ayer no pude hacerlo porque al llegar estaba cerrada), y tampoco hay nadie. Hago un poco de tiempo con el móvil en unas sillas que había por alli y a las 10:30, como no aparece nadie y el jardinero que me dio la bienvenida ayer me confirma que efectivamente no hay nadie y que puedo irme ("¡No pasa nada amigo!" -me dice-), me marcho del camping sin pagar. ¡Morocco style!
A pocos Km del camping se encuentra este promontorio al que los lugareños llaman "El sombrero de Napoleon" y es uno de los monumentos naturales de la zona:

Un poco mas adelante se encuentra un desvío a una pista de tierra que lleva al monumento de las "Rocas pintadas". Las descubrí de casualidad leyendo la guía de viaje que tomé prestada de la bibliioteca y menos mal: ¡no se ven desde la carretera y no están indicadas y el sitio merece la pena! (y la pista es corta y muy facilita, apta para turismos).
En 1984 el artista plástico belga Jean Verane pintó de azul una docena de bloques de rocas a las afueras de la localidad de Aguerd Oudad... ¡y así han permanecido desde entonces! (excepto algunos grafittis) Alguno lo critican diciendo que "El hombre blanco ha venido a Africa a estropear el paisaje" (leido literalmente en una reseña de Google Maps), pero la verdad es que si no fuera por estas rocas nadie pasaría por aqui...

Luego me dirijo a la garganta de Ait Mansour, en pleno Anti-Atlas. Las vistas desde la lejanía ya prometen...

De camino a la garganta me encuentro con variada fauna local. De momento por la carretera ya he visto ardillas (¡nunca lo hubiera imaginado, pues apenas se ven arboles!), lagartos, una tortuga, y dromedarios (de los endémicos, no de los mal llamados "camellos" para paseos turísticos). Esta serpiente aun estaba meneándose después de haber sido atropellada cuando me la encontré en la carretera:

Ya dentro de la garganta las paredes se van estrechando cada vez mas de repente y aparezco en medio de un oasis. La carretera atraviesa todo un palmeral y hay que zizaguear a veces para esquivar las ramas que invaden la angosta carretera:

Al salir de la garganta se termina la zona montañosa y ya no se ve nada en el horizonte. Solo arena y piedras.

Continuo la carretera hasta que se acaba el asfalto en medio de la nada y me encuentro una barrera y una garita: se trata una mina de oro en explotación con un incesante trasiego de camiones donde el vigilante me indica que para salir de allí debo seguir 30 km por una pista de tierra anexa. ¡Allá que me voy! Mi primera incursión "seria" por lo marrón, rodeado de camiones. La pista es relativamente facil, aunque con un par de puntos de arena fina que ponen a prueba mi equilibrio al llevar ruedas sin tacos. Obviamente soy el único turista:

Durante el trayecto observo en la lejanía que estan construyendo una carretera asfaltada que transcurre paralelamente muy cerca de la pista, asi que imagino que en para finales de 2025 (coincidiendo con el Mundial de fútbol) ya se podrá elegir entre circular por la pista de tierra o por "lo negro". Finalmente llego a la ciudad de Tata justo para comer una "Ensalada Marroquí", sacar uos dirhams de un cajero y así reponer el "roto" inesperado que me hizo el cambio de neumático, y buscar algún alojamiento en Booking:

Con el calor que ha hecho hoy y el polvo que he tragado en la pista de la mina creo que, después de una semana viajando, ya me merezco un caprichin; así que me alojo en uno de los mejores hoteles de la ciudad (según me dijeron). En este caso, un riad con piscina (aunque lo que de verdad me interesaba era el aire acondicionado de la habitación -de estándares europeos-, que mantuve toda la noche encendido):

Atardecer en la piscina. Estaba practicamente solo. Para los curiosos: unos 37€ la noche:

El problema principal que veo a estos sitios con piscina de Marruecos es el mantenimiento, que suele ser bastante deficiente. En este caso además se le une el mal diseño de la misma: el "arquitecto" pensó que sería una buena idea instalar una fuente decorativa que vertiese el agua depurada sobre la piscina. Lo que no pensó es que todas las palomas torcaces, tórtolas y gorriones de la zona irían alli a beber y bañarse, por lo que el agua que ser vierte en la piscina ya entra sucia, y los alrededores de las instalaciones están llenos de palomas esperando su turno para el baño (dejando sus cagadas en todas las lujosas tumbonas). Un auténtico desastre que los influencers no te mostraran en sus fotos... ¡pero yo si!:

Para la cena me dirijo a un restaurante Africano nada turístico (de hecho desde fuera parecía cerrado y tuve que acercarme a preguntar si estaban abiertos al ser yo el único cliente), donde me tomo unos pinchitos de pollo al romero muy ricos:

De regreso al riad me encuentro este escarabajo gigante andando por el suelo y no puedo evitar fotografiarlo para observar detenidamente sus fantásticos colores. ¡Mañana mas!

