Hoy amanezco prácticamente sólo en el camping a excepción del gato de la foto -están por todas partes en Marruecos-, y desayuno bajo la sombra de un árbol.
Luego decido que es un buen momento para intentar cambiar el neumático trasero (el que llevo mostraba los avisadores de desgaste ya desde Madrid, pero aún le quedaba un poco de vida), así que pese algunas vicisitudes (que detallare de forma ampliada en mi blog a la vuelta), finalmente consigo uno a buen precio. Recuerda: ¡no es un auténtico viaje de aventura si no pasas por un taller local!
Después voy a la oficina de turismo del paseo marítimo de Agadir donde un chico muy majo me recomienda una carretera con curvas y buenas vistas para mañana. Con eso y lo de la rueda ya he echado la mañana así que como algo rápido en McDonalds que hay en el mismo paseo.
Ya dejo mi camino al sur y me despido de la costa: ahora toca internarse en la cordillera del Anti-Atlas.
Llego a Trafaoute, zona famosa por sus rocas se se vuelven rosas con la luz del atardecer, y monto la tienda en un camping donde vuelvo a ser el único con tienda...
Si se hace zoom en la foto, a la derecha se ve una Kasbah junto a los pedruscos
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