Siguiendo mi camino hacia el desierto hoy tomo un pequeño desvío por una pista de tierra para visitar "Gara Mdouar", mas conocida por los turistas como "La cárcel portuguesa" porque en tiempos de la colonización los portugueses la usaron como fortaleza/prisión. Gara Mdouar es otro imprescindible de los road trips por Marruecos: desde la lejanía parece el cráter de un meteorito -y asi nos lo vendieron en la película de James Bond "Spectre" con Daniel Craig-, pero en realidad simplemente se ha formado por la erosión. También representó a Hamunaptra, La ciudad de los Muertos, en "La Momia", con Brendan fraser:



El único acceso posible es a través del hueco donde estaba el portón de la muralla, usado intensivamente en el rodaje de "La Momia":


Una vez cruzada la puerta de la cárcel, desde dentro se ve así:

En la película de 007 todo el interior estaba modificado digitalmente para que pareciese diáfano:


Pero en realidad hay mucho menos espacio, la mayoría ocupado por una cuesta un poco empinada que exige dominio básico de la moto para encararla. Debido a las fechas y al calor que hace (cerca de los 40 grados), este es otro monumento del que dispongo para disfrutar yo solo, así que después de subir la cuesta accedo a la parte superior, donde las vistas son espectaculares (si ampliais la foto podreis ver a la izquierda unos circulos que son las huellas dejadas por los neumáticos de los turistas que vienen aqui a derrapar sobre la arena):

Paso un rato haciendo fotos y admirando el paisaje marciano y me hago amigo de Ali, que habla español y se pasa allí todos los días vendiendo fósiles. Me da su WhatsApp y me recomienda volver en Abril u Octubre (¡y no en Junio 😅!), cuando haga menos calor:

Continuo mi camino y con el termómetro marcando 42'4 grados tengo que decidir si tomo un último desvío de 80 Km ida/vuelta para visitar las dunas del desierto pre-sahariano de Erg Chebbi en Merzouga, o emprendo mi camino hacia el norte (no podría ir mas hacia el este ya que estoy cerca de la frontera con Argelia y los militares me lo impedirían). Finalmente decido que un día es un día y me desvio para hacerme la imprescindible foto en las dunas del "cási" Sahara:

Después continuo mi camino hacia el norte -donde los 36 grados ya me parece agradables-, y paro en un oasis a echarme otra foto. Un chaval marroquí aficionado a la fotografía que va en una moto de 125cc y lleva una cámara Reflex me pide hacerse una foto al lado de mi moto. Yo le sugiero que puede incluso montarse encima y queda encantado con las fotos que le hago. A cambio él me hace esta otra:

Finalmente llego a dormir a Midelt donde, cansado de comer fuera todos los dias y necesitado de sabores familiares, me ceno en la habitación del hotel un bocadillo de atún con tomate que me sabe a gloria. ¡Mañana más!

