Esta mañana mi anfitriona me ha preparado un nutritivo desayuno de despedida como no he tenido otro en mi viaje y he seguido mi camino hacia la frontera con Italia:
El trayecto ha transcurrido por autovía con total normalidad y aburrimiento. He pasado de largo por Venecia porque ya la conozco y en estas fechas tiene que estar hasta arriba. ¡Mejor me voy a comer a Padova, que también la conozco pero es menos turística que Venecia!.
Llego justo para comer unos spaghetti alla carbonara (carbonara bien hecha, claro) y beberme un "Cold brew" en el Starbucks de rigor (es lo más parecido al "café con hielo" que venden ahí, porque el frapuccino ya me parece "café con cosas"):
Aprovechando el WiFi y el A/C paso un par de horas resguardado del calor y descubro que hay un camping no muy lejos del centro, así sabiendo que ya tengo alojamiento cercano esta noche, aprovecho para darme un paseo paseando y recordando por los monumentos típicos de Padova y algunas calles bonitas, como esta, con un canal que la cruza por debajo:
Palazzo del la Ragione:
Prato della Valle:
Basílica de San Antonio de Padova:
Interior de la basílica:
Compro algunas cosas en un supermercado para cenar y me dirijo al agrocamping (así se llaman aquí cuando son terreno agrícola y por ley no les permiten construir bungalows ni edificaciones y solamente hay tiendas y caravanas -según me explicó el dueño, que me invito a un café y con el que estuve hablando un rato-). Ducha, cena y a la cama pronto. ¡Venga, que ya queda menos!: